Al hablar de logopedia lo primero que nos viene a la cabeza es «seguro que no sabe pronunciar la rr». E incluso podemos oír expresiones tan graciosas como»¿tienes algo en los pies?», «¿no querrás decir pedagogía?», «pues cuando era pequeño yo iba al golopeda» y muchas más. Nada más lejos de la realidad.

La logopedia es mucho más que la «rr».

El logopeda es un profesional que se ocupa del diagnóstico y el tratamiento de los trastornos que tienen que ver con la voz, el habla, el lenguaje (tanto oral como escrito), la audición y las funciones orales asociadas, tales como respiración, masticación y deglución. Esta disciplina sanitaria no está sólo orientada a la población infantil sino también a la adulta.

La rápida actuación permite solucionar los problemas más frecuentes sin grandes dificultades, de ahí la importancia de consultar de forma precoz cualquier duda que tengamos o alteración que hayamos visto en el desarrollo de nuestro hijo/a o en nosotros mismos.

Si estos trastornos no son tratados correctamente y de forma precoz, aparte de los problemas sociales, adaptativos que pueden ocasionar en la vida diaria del niño/a, también podrían aparecer otros problemas de aprendizaje. Y en el caso de los adultos los problemas se centran más en el ámbito laboral, social y psicológico.