En todos los casos hay dos respuestas posibles, se puede acudir de forma preventiva o cuando ya hay un diagnóstico.

Por ejemplo, hablamos de tratamientos preventivos en los casos de rehabilitación de la voz en los que no haya un daño orgánico, pero si puede haber un mal uso o abuso vocal, que puede provocar disfonía y causar lesiones, sobre todo en adultos que requieren un uso prolongado de la voz (profesores, actores, comerciales…los llamados “profesionales de la voz”) pero también en los niños/as.

Otro ejemplo es en el caso de los malos hábitos orales, como puede ser la deglución atípica, respiración bucal, trastornos masticatorios. Estas alteraciones pueden interferir en la producción del habla como en la estructura de los dientes, en las relaciones maxilares, en la forma del paladar… si se acude tempranamente, no causan maloclusiones dentales y es más sencillo corregir el patrón inadecuado.

Otro ejemplo puede ser cuando un niño/a presenta dificultades en el aprendizaje, ya sea del lenguaje oral (retraso del lenguaje), o del lenguaje escrito (dislexia).

¿Qué signos deberían ponernos en alerta?

En el caso de los niños/as, hay varias señales relacionadas con el lenguaje, el habla o la voz que pueden ponernos en alerta, y que deberíamos consultar lo antes posible con un profesional, ya que si bien en algunos casos podría tratarse de problemas pasajeros que tienden a solucionarse de forma espontánea con el tiempo, en otros pueden requerir de una intervención especializada.

Cada niño/a lleva su propio ritmo a la hora de ir adquiriendo en lenguaje pero debemos consultar con un especialista:

  • Si alrededor de los dos años todavía no pronuncia frases sencillas compuestas por dos elementos y abusa de la mímica y los gestos para expresarse.
  • Si a los tres años nos cuesta entenderle hablar, bien porque omite fonemas (en lugar de decir «zapato» dice «apato», por ejemplo), o bien porque los sustituye («tero» en lugar de «quiero», por ejemplo).
  • Si entre los cuatro y los seis años, una vez que nuestro hijo ha adquirido el lenguaje, algunas señales de alarma podrían ser el habla infantilizada, un vocabulario muy reducido, poca fluidez en su expresión verbal, frases telegráficas (con ausencia de artículos y pronombres), palabras ininteligibles, tartamudez, trabas a la hora de expresarse, mala pronunciación, negarse o tener importantes dificultades para escribir o leer (cuando por edad ya debería hacerlo).

Ante cualquiera de estas señales o dudas que nos puedan surgir durante la etapa de adquisición y desarrollo del lenguaje de nuestros hijos/as, lo mejor es consultarlo cuanto antes con un logopeda para una posible intervención precoz.

En el caso de los adultos y las patologías vocales, el signo principal de alarma es una ronquera intermitente o continua, fatiga al hablar…algo a tener muy en cuenta porque es un síntoma de que algo está ocurriendo en nuestra laringe.